PROLOGO
Alicante Año 2015, Castillo de Santa Bárbara.
Tres helicópteros
vuelan alrededor del castillo, pues de la noche a la mañana una “pintada” con
la cabeza de un dragón ha aparecido en la fachada, tapando lo que se conoce
como “La Cara Del Moro”.
Nadie se
adjudica la hazaña, ningún grupo urbano, ni ninguna organización no reconocida
legalmente, la procedencia es desconocida, todo el país está pendiente a dicha
pintada, los rumores corren como el agua sobre las redes sociales, los mas excéntricos
y paranoicos afirmas que se trata de una señal del fin del mundo, otros fanáticos,
sobre todo los de la era medieval, piensan que es la llamada a un dragón.
La compañía que
se encarga de la seguridad del Castillo, envió un comunicado a todos los medios
de comunicación que cubren la noticia, asegurando que en ningún momento, ningún
intruso violo su seguridad, asegurando así también que comenzaran en breves las
labores de limpieza, ya que esa marca le resta belleza al monumento en sí.
23:59:59, Todos
los televisores del mundo entero, ordenadores, teléfonos móviles y aparatos electrónicos
que pueden tener una línea de comunicación, sufren un apagón, durante 10
minutos todo es un caos, Abraham también sufrió este apagón, atónito se quedo
mirando su teléfono móvil, no daba señal, su portátil que estaba en su regazo
tampoco daba señal alguna.
Empezaba a
acordarse de los familiares del fabricante de dichos aparatos, cuando se
volvieron a encender con el logo de un dragón negro en el fondo, el no
recordaba haber colocado tal logo, ni en
el móvil, ni en el portátil, pero esa no era la única sorpresa, una voz siniestra
sonaba en los dos aparatos a la vez…
“Queridos habitantes
del mundo entero, Os habla Albión, hijo del Dragón Negro, Me dirijo a vosotros para
comunicaros que hoy cuando la luz del alba bañe la costa alicantina, Mi Padre Resurgirá
de su letargo, Si, La marca que hay en “La Cara Del Moro” en el Castillo de
Santa Bárbara, es cosa nuestra y no es una pintada, es una marca de invocación,
y no solo esta, hay un total de treinta millones alrededor del mundo, cuando
sea la hora, criaturas del antiguo mundo resurgirán y conquistaremos el mundo,
nadie podrá detenernos, pues los gobernantes de todos los países civilizados, están
bajo nuestro Dominio, tenéis dos opciones:
1) Revelaros y luchar por vuestra breve libertad, pues cuando os cacemos seréis castigados con la pena de muerte.
1) Revelaros y luchar por vuestra breve libertad, pues cuando os cacemos seréis castigados con la pena de muerte.
2) Entregaros sin más y
aceptad el dominio de Vuestro Nuevo Padre.
Pensároslo bien yo elegiría
la segunda, de todas formas iremos a buscaros a todos, estéis donde estéis, La
Era Del Dragón Negro a comenzado.
La comunicación
se corto, todo aparato que fue afectado por el apagón, volvió a funcionar como
es debido, el pánico se hizo notar en todo el mundo, Un grupo llamado “La Llama
Roja” empezó a tomar fuerza en la red, dando a entender que ellos se revelaran,
que la historia del dragón negro cuyo nombre es Akaëb es cierta y llevan mil años esperando que
resurgiera para encerrarlo de nuevo en su cárcel, pero antes deberían de
encontrar al guardián rojo y su sacerdotisa.
Abraham
pensaba que esto solo sería la historia de unos fanáticos de juegos de rol,
nada más, pero aun así, no pego ojo hasta las 5 de la mañana, vivía en frente
del dichoso Castillo de Santa Bárbara, imaginarse que de allí saldrá un dragón,
te quita el sueño, si o si.
Desde la
terraza de su ático vio como una luz roja del cielo se acercaba a su ventanal,
no supo como reaccionar hasta tener la luz a unos diez metros de distancia
gritar y saltar hacia la habitación continua al salón donde se encontraba,
impacto que provoco dicha luz fue bastante sonoro, unos veinte segundos después
decidió asomarse, prácticamente todo el mobiliario estaba destrozado por el
impacto, aunque más le sorprendía seguir con vida aun, miro el rastro que la
luz dejo y en lo que quedaba de sofá había una joven muchacha de cabellos rojos
como el fuego tumbada encima.
-¡Venga ya! –Abraham
exclamo indignado y se dirigió hacia la joven, empezaba a tragarse el cuento
del dragón negro, la sacerdotisa, le vino a la mente que la seria el dichoso guardián.
Joven no se
levantaba, estaba prácticamente desnuda, unas prendas tapaban sus pechos y
partes íntimas, pero el resto del cuerpo estaba desnudo, mientras Abraham la
contemplaba asombrado por su belleza, un terremoto sacudió no solo la ciudad de
alicante, se conoció que fue al mundo entero… toda la tierra tembló y tal vez
de miedo por lo que se aproximaba.
Entre
gemidos, la joven despertó, abrió sus ojos rojos como dos rubíes, en uno de los
gemidos susurro el nombre del dragón “Akaëb” miro al joven y se sobre salto…
-Mira… si es
cierto que un dragón va a salir del castillo, mejor será que salgamos de aquí,
no sé cómo te llamas, no sé de dónde vienes… bueno si… del cielo, pero no es a
lo que me refiero, vámonos de aquí ya. – Los nervios de Abraham iban en aumento
y solo quería salir corriendo de allí, en la calle el caos era absoluto, la
gente había salido a de sus casas con temor de que se les cayeran encima.
-Freya… me
llamo Freya, tu eres Abraham, debo de llevarte con la Llama Roja, antes de que
Akaëb resurja del todo, dejemos que los Guerreros de la Llama los frenen y
eviten que sus criaturas arrasen con los ciudadanos, tu y yo nos vamos. –Abraham
estaba de acuerdo con largarse de allí pero no estaba muy convencido de hacerlo
con ella e ir a ver a los Llamas Rojas.
Sin una
mochila ni nada de ropa decidió irse de allí sin más, mientras bajaban por las
escaleras los 18 pisos que le esperaban hacia abajo, ella le aviso que tendrían
que ir hasta el Castillo De San Fernando, donde estaba el refugio de la Llama Roja,
Relativamente
no sería un largo camino, si no fuese porque al salir del edificio la ciudad
estaba infestada de criaturas de otro mundo, un lagarto gigante con 3 cabezas
tenia acorralado a un grupo de humanos de la nada, vio salir a dos personas que
les resultaba familiares, los había conocido hacia unos 8 años atrás, Solo por
sus motes donde se conocían en el Cyber café que frecuentaba, aunque recordaba
el nombre de ellos Rasec y Zitro, Rasec llevaba una barba larga, como de un año
aproximadamente, bien cuidada, sus ojos azules eran totalmente reconocibles,
sin duda era él.
Rasec se
acerco al lagarto no empuñaba arma alguna, plantado ante él como una estatua inamovible,
dio una palmada en el suelo, a sus pies se formo un cráter, alzándose una tumba
de piedra donde una espada estaba dibujada en dicha en ella, el lagarto retrocedió
unos metros atrás, Rasec hizo una seña a los ciudadanos y estos se alejaron
corriendo.
Con un
puñetazo rompió la tumba, saco de esta una espada como la del grabado, paso su
mano sobre la hoja, esta enseguida se baño de una llama roja, las tres cabezas
del lagar siseaban sin cesar, Rasec dibujo una media luna con la espada y unas
ondas de fuego impactaron sobre el lagarto, pero cuando este se quiso recuperar,
Rasec estaba encima de la cabeza del centro y con un leve giro de hoja corto la
cabeza como si de mantequilla se tratara.
Abraham,
asombrado por el manejo de Rasec con la espada y lo que había hecho en cuestión
de segundos, miro a Zitro que acompañaba a Rasec, , Rasec se aparto del lagarto,
Zitro saco un trabuco con una llama roja tallada en el mango y disparo en la cabeza
de la izquierda del lagarto, arrancándole media cara con el impacto, mientras
el lagarto se retorcía del dolor recargaba otro disparo, y Rasec rebana la otra
cabeza, cuando ya fue totalmente derrotado, ambos guerreros se acercaron a
Abraham, dándole indicaciones de que calles eran las más seguras para llegar
antes al castillo.
Siguiendo
las indicaciones de los dos guerreros y dejándolos atrás salvando vidas
inocentes, el mundo entero seguía temblando, habían guerreros de la Llama Roja
haya por donde pisaran, defendiendo a los ciudadanos que llenos de pánico no sabían
dónde meterse, ellos los mandaban hasta el castillo, había grupos que tenían que
ser escoltados para evitar más bajas…
Tras 20
minutos de agotadora carrera llegaron al Castillo de San Fernando, totalmente
fortificado, recordó los días de botellón que paso allí, parecía totalmente
abandonado, pero hoy tenia mas vida que nunca, algo que llamo la atención de
Abraham y Freya, todos los guerreros allí presente hicieron el mismo gesto hacia
él, pero uno de ellos grito “Ha Despertado”.
Todos los
que estuvieron allí ese día, lo recordaran para siempre, “La Cara Del Moro” una
parte con mucha historia del Castillo de Santa Bárbara, el símbolo que fue
pintado un día antes, exploto destrozando esa parte del castillo por completo, la
cabeza de un dragón negro salió de ella, mientras todos atónitos miraban tal
dantesco espectáculo, un capitán de las filas de la Llama roja, daba por radio
control ordenes a todos los combatientes a reagruparse.
Lentamente
el dragón iba saliendo de su prisión, los ciudadanos que fueron al castillo,
reclamaban que los guerreros lo detuviera, pero el comandante aviso que ahora
mismo, en la faz de la tierra, no existía nadie con ese poder, lo más prudente,
era esconderse de él y cuando el guardián estuviera preparado, lo derrotaría y volvería
a enjaular por otros mil años más.
Rasec volvía
con Zitro y un centenar de ciudadanos, informo al capitán de lo que se habían encontrado,
pero la conversación se había cortado por el estruendo de unos aviones de
combate Eurofighter Typhonn, que se dirigían hacia el dragón negro lanzando su
carga contra este, con cada impacto la gente se emocionaba mas, pero enfurecían
también al dragón.
El Capitán
de la Llama roja ordeno que todos se refugiaran dentro, algunos hicieron oídos sordos,
pero arto de todos ellos les sermoneo… -Queridos amigos, se que el espectáculo es
grandioso, pero esos misiles solo harán que Akaëb, se enfurezca cada vez más,
salga antes y destruya esos cazas como si fueran simples mosquitos, siento
desilusionarlos, pero la única oportunidad de vivir que tienen somos nosotros,
si no entran en cinco minutos cerraremos las puertas y serán dejados a su
suerte.- Alguno que otro se hizo el remoló, Rasec cogió a una mujer que habían destrozado
su silla de ruedas y la llevo adentro en brazos, tal y como la trajo al
castillo, en cuestión de siete minutos, no quedaba nadie en la superficie del
castillo, el resto de personas que no quisieron ser rescatadas, tuvieron que
sobrevivir por su mano.
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